Son tres personas con un liderazgo reciente en sus países, que han accedido al poder a través de procesos electorales democráticos. Tanto las personas como estos procesos tienen aspectos muy similares. Quiero analizar estas similitudes, las circunstancias de su éxito, y las dudas de futuro que crean.

  1. Similitudes personales. Con algunas diferencias, los tres han llegado a la actividad política de forma relativamente reciente: un militar retirado, un financiero y empresario, y un periodista y político bastante controvertido. Los tres tienen un perfil ideológico de derechas o ultraderechista, un carácter duro y radical, y unas tesis contundentes que quieren simplificar la realidad. Aparentemente, son personas carentes de las dosis de prudencia y de ecuanimidad que hay que pedir a un gobernante cuánto debe tomar decisiones para todo un pueblo. Tienen unas grandes facilidades para descubrir e identificar “enemigos” o “culpables” (emigrantes, comunistas o dirigentes de la UE), y una enorme facilidad para prometer emocionalmente recuperar la plena “grandeza” de su país.
  2. Similitudes del proceso. Los procesos políticos y electorales que les han llevado a la posición actual de poder tienen paralelismos: una cierta sorpresa de la opinión pública por su irrupción inesperada, debido al carácter “antisitema” que se les atribuía; unas previsiones equivocadas de que no lograrían su objetivo ya que no pasarían de las “primarias” o de la “primera vuelta”, lo que llevó a una infravaloración de su presencia; una utilización inteligente y muy intensa de las posibilidades que permiten las redes sociales, tanto en un sentido positivo de participación, como en la facilidad de manipulación y deformación de la realidad con falsas verdades, buscando incluso aliados externos y eludiendo toda responsabilidad sobre estos hechos.
  3. Estrategia ideológica y votaciones. Tratándose de personajes muy diestros con posiciones neoliberales, y teniendo un apoyo relativamente muy débil en amplias capas sociales, han logrado las mayorías absolutas con tres estrategias ideológicas y gracias a un mecanismo procedimental. La primera estrategia ha consistido en desprestigiar (muchas veces con razón) los sistema establecido en su conjunto y por lo tanto conseguir que la voluntad de rechazo pasara por encima de las opciones izquierda-derecha. La segunda, al defender que las miserias soportadas por las clases pobres no eran tanto culpa de la élite económica de su país como de enemigos exteriores (no es la City o Wall Street sino los polacos, los mexicanos, o Bruselas) . Y la tercera, asegurando que recuperando la soberanía y poniendo por delante los propios intereses, “iríamos mucho mejor”.
  4. Procedimiento de votación. He explicado a menudo los peligros de los sistemas de votación que obligan a escoger entre sólo dos alternativas contrapuestas y enfrentadas. En política las cosas no son blanco o negro; obligar a hacer una elección de este tipo es dejar fuera de juego a una parte muy importante de los posibles votantes que acabarán no sintiéndose implicados en la decisión, o haciendo más “un voto en contra” que un “voto a favor” Esto vale tanto para según qué referéndums, como por segundas vueltas de según qué elecciones gubernamentales. Esto es importante ya que, aparte de dar una lectura equivocada de la realidad política, provoca divisiones entre “pros” y “antis” que pueden llegar a crear fracturas sociales peligrosas. Los tres casos de los que hablo me confirman lo que pienso, y de una forma menos dramática pero real, también veo este peligro en nuestro país.
  5. Consideraciones para el futuro. A nivel interno de cada país, estas políticas ultraderechistas, que ponen la seguridad y la represión por delante de la justicia social, se convertirán en una decepción para aquellos que, con buena fe, han puesto en manos de estos líderes la solución de sus problemas. El desengaño puede tener repercusiones dolorosas para mucha gente.

A nivel global, el proteccionismo económico y los enfrentamientos políticos pueden configurar un nuevo período de tensión internacional. La disminución del comercio internacional es una mala noticia para casi todos los países; la denuncia de tratados internacionales de cooperación para resolver problemas globales también; y el aumento de algunos presupuestos de defensa, aún mas.

Creo que hay dos grandes lecciones a aprender:

  1. La actuación de los partidos progresistas durante lo que va de siglo no ha sido acertada: han caído en la trampa neoliberal y han provocado que amplias capas sociales hayan dejado de sentirse representados y protegidos por ellos. Sólo una recuperación valiente de lo que fue su actuación en la segunda parte del siglo pasado puede permitir hacer frente a lo que está pasando.
  2. Debemos conservar la democracia y la participación ciudadana; pero tenemos que tomar medidas para corregir dos aspectos: La impunidad en la manipulación de la información a base de mentiras, calumnias, relatos emocionales, y falsas promesas que destruyen la calidad del voto. Y reducir la tendencia a pedir votos con propuestas simplistas que reducen la variedad de opciones, buscando la posibilidad de soluciones negociadas.

Joan Majó, ingeniero y ex ministroç

Artículo publicado el 01/11/2018 en el Diari Ara