La crisis económica del 2008 ha producido un cambio de paradigma en la ocupación. Se observa un crecimiento de la ocupación atípica suscitando que la obtención de ocupación estable, especialmente para la juventud, acontezca un reto inabarcable. Hoy, la precariedad laboral se caracteriza para ofrecer prácticas, flexibilidad, dependencia, explotación y bajos salarios, condiciones que someten a las personas a situaciones que no los permiten realizar, ni siquiera imaginar un proyecto de vida estable.

Este proceso de precarització ha producido un aumento de personas trabajadoras en situación de pobreza o exclusión social, los llamados “trabajadores pobres”. La situación comporta enormes costes sociales, desconfianza hacia el sistema político y económico y fuga de cerebros, entre otros.

Este estudio plantea la necesidad de normativitzar la ocupación de calidad en Cataluña y formula un conjunto de recomendaciones en relación a los elementos que la configuran.