La Asamblea General de las NNUU de 2007 declaró el día 20 de febrero de cada año el Día Mundial de la Justicia Social. Tiene por objetivo pedir que en el ámbito internacional se avance en erradicar la pobreza, garantizar la ocupación y el trabajo digno, el acceso al bienestar y a la justicia por todos, que son elementos esenciales para conseguir la paz y la seguridad.
Mucho son los aspectos que componen la justicia social, pero querría profundizar en una de las injusticias que está creciendo enormemente: la desigualdad económica. Empezamos para leer dos notas de prensa recientes. “Los altos directivos del IBEX-35 cobran de media 207 veces el sueldo mínimo de su empresa” y “Entre 2015 y 2016 el salario de los principales ejecutivos del IBEX-35 aumentó un 15% mientras que la retribución mediana lo hizo en un 0,3%”.
En España hay 3,2 millones de personas, que están por debajo del umbral de pobreza extrema, conviviendo con 21 personas súper ricas, que entre todas tienen un patrimonio de 104.000 millones de euros. A la Unión Europea, pasa el mismo; hay 123 millones de personas en riesgo de exclusión, mientras 324 personas tienen cada una más de mil millones de euros. Son datos de Oxfam Intermon. El mismo, o más, pasa en el ámbito mundial.
En pleno siglo XXI, en una sociedad moderna y democrática, nunca se había pensado que un número tanto reducido de ciudadanos tendrían tan poder para aumentar su riqueza y privilegios. La concentración de riqueza y poder se traduce en un enorme aumento de las desigualdades. Son muchos los informes y escritos que denuncian la situación. El premio Nobel Joseph Stiglitz en uno de sus libros “La Gran Brecha”, explica como entre el 1% de la población y el resto la desigualdad crece.
El economista de Thomas Piketty, en su libro “El capital en el siglo XXI”, denuncia que desde el año 1980 se ha acelerado la desigualdad en el reparto de la riqueza y se ha iniciado un fuerte proceso de concentración en pocas manso. Pikettypregunta si es sostenible un modelo económico que permite que en los años de la crisis del 2007 hasta los 2014, el 95% del aumento del PIB de los Estados Unidos haya ido a parar al 1% de los americanos más ricos? También afirma que el aumento de las rentas del capital siempre supera el ritmo del crecimiento económico. Su propuesta principal contra la desigualdad es establecer un impuesto global y progresivo sobre el patrimonio a escala mundial que en el caso de la UE afectaría el 2,5% de la población y permitiría recaudar un 2% del PIB, 300.000 millones de euros. Si este importe se destinara a la inversión en educación y conocimiento, sería un mecanismo decisivo para la reducción de las desigualdades.
La economía española está creciendo a un ritmo superior al 3% del PIB. Pero quien se beneficia de este crecimiento? En buena parte las grandes empresas y las grandes fortunas. Sólo en una parte muy menor llega a las pymes y a las familias.
La mala distribución de los beneficios del crecimiento económico no es solamente un problema moral y de justicia social, acontece también un problema económico. Si se quiere avanzar al tener una sociedad más justa, hace falta un modelo de sociedad, que garantice un mínimo de ingresos a todos los ciudadanos de forma que los permita tenéis un nivel de vida digno en un mundo libre y en paz.
Francesc Raventós. Economista