Desde su creación la UE ha vivido muchos momentos estelares. Uno de los más relevante fue la creación del Euro, para evitar depender del dólar. Otros ejemplos importantes fueron la creación de Airbus para liberarse del monopolio de Boeing; desarrollar el sistema europeo de navegación por satélite, GALILEO, para no basarse en el GPS americano; o impulsar lo Agencia Espacial Europea evitando estar supeditados a los americanos o rusos.

Ahora la UE ha tomado otra decisión estelar: quiere evitar depender de los supercomputadors de la China o de los Estados Unidos, y del riesgo de sufrir escapes de secretos derivados de la investigación científica, industrial, del Big Data, o de seguridad. Muchas empresas grandes como Daimler y Airbus, o servicios meteorológicos o de seguridad dependen de los centros chinos o americanos.

Los supercomputadors son una herramienta tecnológica fundamental para descubrir nuevos materiales, investigaciones mediques, acortar el tiempo de desarrollo de productos, prever catástrofes climáticas, desarrollar tecnologías cuánticas o la inteligencia artificial.

El ranking de los 500 equipos más rápidos del mundo, el TOP500, muestra que la China ha superado en los Estados Unidos en número y capacidad, puesto que tiene 202, mientras los americanos han bajado a 143. Japón cuenta con 35, Alemania 20 y Francia 18. La China es ahora el gran líder mundial. Ha diseñado y fabricado el Sunway TaihuLight, de una velocidad inimaginable: 93 petaFLOPS, que hace 93 mil billones de cálculos por segundo.

El objetivo que se ha fijado ahora la Comisión Europea es recuperar el terreno perdido y ser uno de los líderes del sector. El año 2017 se fundó el The European High-*Perfomance Computing Joint Undertaking , Inversión Conjunta por la Super Computación Europea, en la que participa la UE y 12 países miembros. Se han propuesto invertir 1000 millones de euros, en el objetivo que en 2023 uno de los tres supercomputadors más potentes del mundo sea diseñado y producido por la UE.

En España en 2007 se creó, Red Española de Supercomputación. Es una red que conecta 12 equipos para ofrecer computación de alto rendimiento a la comunidad científica. Está coordinada por el Barcelona SupercomputingCenter, donde el 2017 entró en funcionamiento el MareNostrum 4, el ordenador más potente de España con una potencia de 11,15 Petaflops.

Ser pionero en el campo de la supercomputació es tan importante por la nueva sociedad digital, que no es de extrañar la pugna existente entre los principales países para estar al frente. Hay que confiar que este nuevo proyecto, permitirá a la UE recuperar el papel de liderazgo que en el pasado había tenido.

Francesc Raventós
Exdegà del Colegio de Economistas de Cataluña
Artículo publicado en La Vanguardia el 04/02/2018