A finales de los años 1970 la deuda pública de los países de la UE era del 30% del PIB. En los años siguientes aumentó espectacularmente el que obligó que en el Tratado de Maastricht de 1992 se fijaran los criterios de convergencia y entre ellos que el endeudamiento no superas el 60% del PIB. A pesar de que este acuerdo la deuda pública de la zona euro siguió creciente y con la crisis económica llegó en 2014 al 91,8% del PIB, para posteriormente reducirse ligeramente.

Para salir de la crisis económica el BCE y su presidente Mario Dragui decidieron que “harían todo el que fuera necesario” para estimular la economía, lo cual se tradujo al comprar a los estados miembros grande cantidad de deuda pública y, en menor cuantía, deuda privada. Ahora, una vez se ha vuelto a crecer, se tendría que reducir el nivel de la deuda y subir el tipo de interés para volver gradualmente a la normalidad monetaria, puesto que con un endeudamiento tan elevado como el actual, ¿qué armas les quedan al BCE y a los gobiernos para hacer frente a una próxima crisis?

Alemania lo ha visto claro. después de que su deuda pública en 2010 llegas al 81% del PIB, decidieron que tenían que situar el déficit presupuestario a cero y que el endeudamiento neto no podía aumentar. En tres años consiguieron los dos objetivos. Hoy la deuda pública alemana es del 64,13% del PIB y el ministro de finanzas Olaf Scholz (SPD), lo espera situar al 58% en 2019. Esta disminución ha sido posible gracias a la buena marcha de la economía alemana, a los menores costes financieros de la deuda y a los superávits presupuestarios.

En España se ha hecho un esfuerzo importante para reducir el déficit público hasta situarlo en 2017 al 3,2% del PIB, pero en cambio, ha aumentado considerablemente la deuda pública. Antes de la crisis de 2007 era del 36,7% PIB, y ahora se encuentra en el 98,3%. Según el gobernador del Banco de España Luis Maria Linde “faltan muchas décadas” para qué la deuda pública español, se situe por debajo del 60%, a pesar de que acepta que un nivel tan alto de endeudamiento crea riesgos para el crecimiento económico.

España, no ha hecho suficiente bien los deberes. En comparación a la media de la UE sus ingresos fiscales son bastante bajos. Muchos ingresos de rentas altas y de grandes empresas se benefician de exenciones o del uso de paraísos fiscales que drenan los ingresos dificultando así tener el exceso fiscal que permitiera ir reduciendo la deuda.

Se tendría que aprovechar la buena situación de la economía española, que crece en torno al 3% del PIB, para reducir la deuda, de forma que en momentos de dificultad haya una cojín que evite medidas dolorosas para los ciudadanos.

Francesc Raventós
Ex decano del Colegio de Economistas de Cataluña