En un mundo con tanta incertidumbre, se vuelve a valorar la importancia de la industria como fuente de innovación, creación de empleo de calidad, alta demanda de servicios y oportunidad para diversificar hacia sectores de futuro.
EI Coronavirus ha puesto en evidencia hechos conocidos pero los que no se ponía remedio. El material sanitario que urgía para poder controlar la epidemia: mascarillas, kits de protección, respiradores o antibióticos, se producían sólo en China. En una situación de emergencia no tenían stocks ni capacidad productiva para atender demandas vitales para la salud. Es una situación que no se puede repetir. La UE deberá asegurar que en casos de emergencia generada por cualquier tipo de crisis, dispone de los stocks y capacidad de producción suficientes dentro de la UE. También es conocido que las cadenas logísticas de componentes que se fabrican en países lejanos, cuando por razones diversas cortan los suministros y obligan a detener las líneas de producción.
“Hay que reindustrializar Europa, lo que permitirá recuperar el liderazgo o coliderazgo de algunos sectores estratégicos.”
La progresiva introducción del modelo de producción Industria 4.0, en el que confluyen la digitalización integral, la inteligencia artificial y la robotización, reduce los costes y en especial el de mano de obra, con la ventaja de que la flexibilidad del proceso productivo permite producir series cortas con un coste marginal bajo.
En las últimas décadas la globalización se tradujo en una dura competencia entre empresas, competencia que ahora se acelerará debido a la reducción de ventas por Coronavirus. Forzados a reducir los costes de producción, muchas industrias, trasladaron sus centros en países asiáticos y del norte de África. En estos países los salarios eran bajos, las condiciones de trabajo precarias, sin sindicatos que los protegieran y las exigencias de medioambientales inexistentes. Esto les permitía practicar un dumping laboral, social y medioambiental. Con el tiempo la calidad de los productos, las condiciones de trabajo y sanitarias ha mejorado y la diferencia de costos con respecto a la UE ha disminuido, lo que facilita el retorno de industrias que en su día se deslocalizaron.
La UE presidida per Ursula von der Leyen ara vol recuperar la capacitat industrial perduda, però especialment en els sectors de futur. Al mateix temps s’haurà de garantir la disponibilitat de productes vitals en casos d’emergència, sigui sanitària, alimentaria, energètica, digital o qualsevol altra.
La UE presidida por Ursula von der Leyen ahora quiere recuperar la capacidad industrial perdida, pero especialmente en los sectores de futuro. Al mismo tiempo se deberá garantizar la disponibilidad de productos vitales en casos de emergencia, sea sanitaria, alimentaria, energética, digital o cualquier otra.
Es una buena noticia que la UE recupere iniciativas industriales y que disponga de financiación para encarar retos como el calentamiento del planeta, impulsar la economía verde, la transición energética o la digitalización de la economía y la sociedad. Todos son sectores que crean riqueza, empleo y mejoran la calidad de vida. En definitiva, hay reindustrializar Europa, lo que permitirá recuperar el liderazgo o coliderazgo de algunos sectores estratégicos.
Francesc Raventós
Ex-decano del Col·legi d’Economistes de Catalunya
Miembro del Patronato de Acció Solidària Contra l’Atur
Artículo publicado el 14 de septiembre de 2020 en La Vanguardia.