Cuando las NNUU, la OIT y los Sindicatos de todo el mundo celebran esta Jornada, se ha recordar que la Revolución industrial del siglo XIX comportó mucho sufrimiento a la clase obrera. Ahora en pleno siglo XXI la revolución informática y robótica también golpea el mundo del trabajo con despidos y paro, afectando sobre todo las personas que hacen los trabajos más sencillos y menos cualificadas. Hace años la sociedad reaccionó con múltiples iniciativas, también la Iglesia con su Doctrina social.

Hoy hay que denunciar los desequilibrios crecientes entre las rentas del capital y las del trabajo. Cada vez las personas ricas son más ricas y las pobres más pobres y empobrecidas. La economía no busca frenar este proceso tan injusto. Después de la última crisis, los mercados no crean suficientes puestos de trabajo para todo el mundo, cosa que provoca disfunciones y desigualdades injustas y que claman el cielo.

Los actos que se organizan este años estan abiertos a todos y son:

En esta nueva Jornada mundial por el trabajo decente, las entidades abajo firmantes reiteramos que es prioritario construir una sociedad que ofrezca trabajo a todo el mundo, facilitando la autonomía y la disponibilidad de recursos suficientes para los proyectos de vida personales y familiares.

Por esta razón hacemos un llamamiento reivindicando con toda firmeza las siguientes medidas:

  • Políticas activas de ocupación, personalizadas y formativas. Sin menospreciar los subsidios y los seguros de paro, aquello que la gente más reclama siempre es un trabajo.
  • Salario mínimo interprofesional de al menos 1.000 €/mes. Es una demanda muy generalizada y bien vista por muchos de los agentes sociales.
  • Reducción de jornada para poder trabajar más gente y favorecer la conciliación laboral. Hoy con las 40h trabajan en España 19 M de personas, con 30h podrían ser casi 25 M.
  • Renta garantizada de ciudadanía para todas las familias que lo necesiten, acompañada de actividades formativas o culturales.
  • Cualificación y recualificación de todos los puestos de trabajo, también de los más sencillos. Dedicación especial a quienes hacen servicios a las personas y a las familias.
  • Erradicación del fraude y la elusión fiscal, haciendo que todas las empresas paguen aquí aquello que los corresponde, y trabajar por la eliminación de los paraísos fiscales en todo el mundo.
  • Solidaridad con las personas recién llegadas en nuestro país, que garantice una acogida humana y la plena integración social.
  • Reconocimiento y apoyo a la tarea de las entidades del tercer sector social y a las iniciativas de economía social, cooperativa y solidaria.

Con el deseo y la esperanza de poder recuperar pronto la normalidad política en Cataluña, nuestras entidades se comprometen a urgir a todas las autoridades para que sean sensibles a las necesidades de tantas personas que buscan y no encuentran un trabajo digno y decente. También hacemos un llamamiento a toda la ciudadanía para que con sus actitudes impulsen unas estructuras socioeconómicas más solidarias y fraternales.

*Comunicado de la Plataforma del Trabajo Decente