Corregir las desigualdades moderniza la sociedad, fortalece la economía y da respuesta a una obligación moral. Desgraciadamente en la UE, en España y en Cataluña, la desigualdad salarial y laboral entre hombres y mujeres es elevada.
En España la diferencia de sueldo por hora trabajada en tareas idénticas es del 14,2%; la mayor parte de los puestos de trabajo de baja calidad, están ocupados por mujeres; muchas de las tareas no remuneradas, como las tareas domésticas o cuidar de los hijos, son a cargo de la mujer, y por tanto, trabaja menos horas remuneradas; también los hombres suelen ocupar los puestos de más responsabilidad. Estos factores llevan a que la diferencia entre los ingresos medios anuales de las mujeres y los hombres en España sea de un 35,7%.
Es cierto que las mujeres lentamente van asumiendo mayores responsabilidades políticas, empresariales y profesionales, pero persiste una gran desigualdad. Afortunadamente este no es el caso en el campo de la formación universitaria en Cataluña donde en el curso 2016 – 2017 el 54% de los estudiantes eran mujeres, aunque luego en la gran mayoría les cuesta mucho escalar a puestos de responsabilidad.
Si las mujeres en igualdad de trabajo cobran menos, trabajan menos horas remuneradas y ocupan lugar de menor responsabilidad, ¿cuál es el resultado? Simplemente, que sus ingresos anuales son bastante inferiores a los del hombre, lo que conlleva una importante desigualdad, una dependencia moral, económica y social, y que cuando se jubilen sus pensiones sean bajas.
En Cataluña el salario medio anual masculino a febrero de 2017 era de 27.477 euros mientras que el femenino era de 20.324 euros, un 26% menos. Cuando se analizan las franjas salariales más bajas el porcentaje sube hasta el 42,6%.
¿Cuáles fueron algunas propuestas para corregir la elevada desigualdad? El problema de fondo no es sólo la falta de legislación que proteja a la mujer de la discriminación, sino que se cumplan las leyes ya existentes.
En España ahora se ha subido el salario mínimo a 900 euros mensuales. Dado que buena parte de los trabajos por debajo este nivel lo ocupan las mujeres, puede ser un paso para corregir la brecha salarial.
Que las mujeres asuman mayores responsabilidades en la sociedad la enriquece. Que se corrijan las diferencias salariales, mejoren las pensiones, la conciliación familiar y la igualdad de oportunidades, aumenta la cohesión social, potencia la fuerza laboral de un país, ayudando a financiar los ingresos a la seguridad social. Avanzar en estas líneas no será fácil. Cambiar los modelos culturales es una tarea que requiere tiempo, presión social y voluntad de cambio.
Francesc Raventós
Ex degà del Col·legi d’Economistes de Catalunya
Artículo publicado en La Vanguardia el 10/02/2019.