Vienen días importantes y difíciles. Pienso que no debe costar mucho ponerse de acuerdo en dos cosas: en primer lugar que, sin escatimar ningún esfuerzo para combatir la crisis sanitaria, hay que acelerar fuerte la lucha contra la crisis económica y social. Y en segundo lugar que, tanto la una como la otra pedirán muchos esfuerzos y muchos recursos económicos. Parece que, después de meses de dudas comprensibles y de intentos fallidos, estamos en camino de poder hacer frente a la pandemia, pero nadie nos puede asegurar que no tengamos que sufrir nuevas situaciones similares; hay un gran esfuerzo de prevención. Y sabemos que el paro que de forma voluntaria, pero totalmente necesaria, hemos provocado a nuestra economía será larga y costosa de recuperar.

Necesitaremos muchos recursos económicos en los próximos años. La actitud con España y la UE debe ser de negociación con firmeza pero no de enfrentamiento ni de posiciones unilaterales de fuerza.

Todo ello significa que necesitaremos muchos recursos económicos en los próximos años, tanto para hacer menos duras las actuales situaciones económicas de personas y de empresas, como para impulsar la recuperación y la reconversión de nuestra economía. No tengo ahora datos ni conocimientos suficientes para dar cifras concretas, pero las dos experiencias que viví tanto al Gobierno de Madrid (Reconversión Industrial) como la Comisión Europea (Revolución Digital), me hacen pensar que serán muy altas las necesidades de inversión , tanto de carácter privado como del sector público. Es por ello que me atrevo a hacer una serie de recomendaciones, pensando sobre todo en el nuevo gobierno catalán.

  1. Los orígenes de los fondos.Después hablaré de los fondos privados, pero los fondos públicos disponibles en Cataluña saldrán de la recaudación propia, de transferencias del Estado, de transferencias de la UE, o de endeudamiento. La gran novedad de estos años son precisamente los grandes ayudas provenientes de la UE y las facilidades de endeudamiento que facilita el BCE. Esta es sin duda una gran oportunidad, sin la que la salida de la crisis sería muy difícil. Hay pero tener en cuenta tres aspectos derivados de la relación con el Estado que pueden dificultar la cifra de las transferencias: Una, ya muy conocida, es el actual sistema de financiación que provoca un excesivo déficit fiscal, no compensado con las inversiones directas del Estado en Cataluña. Una segunda que es la formula para el reparto de los fondos extraordinarios que el gobierno de Madrid pueda distribuir entre todas las comunidades. Y una tercera relacionada con el papel de intermediario que Madrid tendrá como transmisor de las ayudas recibidas de la UE. Por estas razones pienso que los acuerdos que se negocien, sea de forma bilateral o con todas las comunidades autonómicas, marcarán las cifras finales. No hay que olvidar la importancia de esta negociación, para asegurar más recursos. Y hay que pensar que en nuestro caso, a diferencia de otros espacios europeos, las posibilidades de endeudamiento están relativamente limitadas por la gran deuda ya existente.
  2. Finalitades de utilización.El problema es similar en todas partes, pero no olvidemos que los recursos extraordinarios de los que desposar deben servir para resolver situaciones de dificultad presentes, tanto de personas como de empresas, pero sobre todo para ayudar a hacer las reconversiones necesarias para garantizar un mejor futuro. En el caso catalán esto supone volver a una economía más industrial y tecnológica, reduciendo la importancia de algunos tipos de servicios relacionados sobre todo con el turismo de poca calidad; impulsar la creación de conocimientos y su transferencia al tejido empresarial; y recuperar en el mundo de las tecnologías digitales y de la sostenibilidad, el papel que nuestro paí ya había jugado hace algunas décadas en aquella etapa industrial. Mi experiencia me dice que para ello hace falta una actitud inversora del sector privado, pero orientada, estimulada y ayudada desde el sector público. Existen posibilidades importantes de inversión en muchos sectores económicos, pero se necesita la creación de oportunidades que supongan una cierta colaboración público-privada. El nuevo gobierno debe saberlo y promover las oportunidades, sea cofinanciando, o quizás aún más impulsando medidas de tipo básico como mejorar el sistema educativo, aumentar el apoyo a las actividades de investigación y de innovación, y financiando estructuras públicas que lo faciliten.
  3. Estrategia política. Ni me toca, ni puedo, hacer ningún programa para un nuevo gobierno. Pero me gustaría insistir en una orientación central, a la hora de constituirlo. Por razones de salud pública, de recuperación de la economía, de atención a los más perjudicados, y de exigencia de sostenibilidad, necesitaremos disponer de más recursos de los que ahora tenemos. Tengamos claro qué debe ser los orígenes de estos recursos y no los ponemos en peligro con posiciones equivocadas con los que deben ser nuestros aliados, pero podrían convertirse en adversarios, España y la UE. Tanto en un caso como en otro, la actitud debe ser de negociación con firmeza (reducción del déficit fiscal, aumento de la inversión estatal, reparto adecuado de las ayudas europeas …) pero no de enfrentamiento ni de posiciones unilaterales de fuerza.

Dejadme que sintetice en tres frases cortas esta orientación estratégica: 1) El dinero no lo son todo, pero sin dinero es muy difícil hacer una buena política en tiempos de crisis. 2) Hacer el valiente en las relaciones sin tener la fuerza suficiente, puede llevar a un gran fracaso. Y 3) A la hora de constituir un nuevo gobierno, hay que hacerlo teniendo en cuenta cuáles serán las prioridades inmediatas.

Joan Majó, ingeniero y exministro

Publicado en el Diaria Ara el 04/03/2021.