Desde Acció Solidària Contra l’Atur hace más de 35 años que estamos luchando contra el paro. Podríamos imaginar el paro como un Goliat, y ASCA como un David. Nos gustaría poderlo eliminar con un golpe de honda.

Sabemos, pero, que estamos muy lejos del que querríamos. Nuestra actuación no deja de ser un granito de arena en la ofensiva contra el paro. Además, estaremos de acuerdo que por varias circunstancias se ha ido banalizando y desprestigiando el sentido de la palabra paro.

Como consecuencia del engaño proclamado desde las autoridades, escuchamos decir que hemos vencido la crisis y, por lo tanto, el paro ya se puede considerar normal o estructural. Qué falacia!

La recuperación de puestos de trabajo esconde, en gran parte, una realidad: la precariedad más obscena. Los salarios son más bajos que antes de la crisis y esto ha dado la gran oportunidad empresarial de reducir los costes y navegar más libres por el mar de la ocupación con despidos baratos. Y a esto se tiene que añadir la gran cantidad de contrataciones a tiempo parcial (en Cataluña más de un 60%).

Hemos de luchar no contra el paro, sino contra la precariedad y la gran injusticia de trabajos indecentes que sitúan a mucha parte de la población laboral en la indignidad

Y además continúa habiendo muchas personas que tienen como todo el mundo el derecho de trabajar y que no consiguen hacerlo. Queda bien claro que la fuerza del trabajo acontece un elemento más en los medios de producción, dirigidos a menudo a la obtención de mayores beneficios. Y nos preguntamos: ¿cuándo la persona y su dignidad será el centro y no un puro elemento en la cuenta de explotación (sí, de explotación) de las empresas?

Es por todo ello que Acció Solidària Contra l’Atur se ha integrado hace un año a la plataformaPor un trabajo decente”, donde militamos conjuntamente con entidades como Càritas, Mans Unides, Justícia i Pau o Cristianisme i Justícia, entre otros, y trabajamos para proclamar y sensibilizar políticos, sindicados, patronales y conjunto de la sociedad en la necesidad de conseguir los cambios que hacen falta en nuestro mundo para el trabajo decente y digno, como empezó a manifestar la Organización Internacional del Trabajo (OIT) fijando el 7 de octubre como el día “por un trabajo decente”.

Miquel Verdaguer
Miembro del Consejo Ejecutivo